viernes, 7 de septiembre de 2012

Enanitos Verdes.


La nostalgia del rock en tu idioma.
por: Bernardo Ameneyro Esquivel
twitter:@nayoameneyro
Fotos: Cortesía OCESA / Fernando Moguel.







Pocas son las bandas, los proyectos musicales, los íconos, los sonidos que ganan la batalla al tiempo que nos genera rasgos generacionales. Las tocadas legendarias, ocurridas hace más de 30 años en la ciudad de Mendoza, Argentina con 3 chamacos liderados por Marciano Cantero, marcaron no solo un punto climático en la historia del rock latinoamericano, sino una forma de vida, conquistando primero su bar, su calle, su barrio, su ciudad, su país y una buena parte del mundo; demostrando que con humildad y mucho trabajo, se cumplen objetivos que han heredado o adoptado generaciones que poco tienen que ver con la década de los 80.

Puntual a lo anunciado, el primero en salir al escenario para conquistar al respetable que empezaba a llenar el Auditorio Nacional, fue el compositor e intérprete tamaulipeco Lazcano Malo, que sin duda dio cátedra de lo que se debe hacer como artista telonero: divertirse. Con un sonido base con trazos de trova y rock, logró arrancar las palmas del respetable que reaccionó muy bien a los temas: “Huitzilopochtli” y “Caballito de Mar” dejando claro su personalidad desenfadada, hipersensible, inteligente pues.

Casi de inmediato los Enanitos Verdes, conformados por: Marciano Cantero (voz y bajo) y Felipe Staiti (guitarra), Jota Morelli (batería) y Juan Pablo Staiti (segunda guitarra), se apoderaron de esquina a esquina del escenario del Coloso del Paseo de la Reforma mientras se escuchaban los primeros acordes del tema “Dale Pascual” con lo que empezaron su retrospectiva musical, dando gusto a sus seguidores mexicanos, interpretando temas que por más de dos décadas no han dejado de sonar, tal es el caso de "Cordillera" y "Amores Lejanos", donde se hizo presente el maravilloso eco de un público que no dejaba de cantar y poco a poco dejaba detrás suyo la comodidad de las butacas.

Fue entonces cuando los argentinos lograron soltarse y empezaron a agradecer todo el apoyo recibido y qué mejor que con el éxito con el que se dieron a conocer: el riff inconfundible de “La Muralla Verde” nos dejó comprobar una vez más que  Marciano es el jefe, en el bajo lleva el ritmo entre compás y compás, marcando perfecto cuando se trata de hacer un poco de jazz, blues y rock.

Los temas “Eterna Soledad” y “A las 3” provocaron los primeros momentos melancólicos de la velada, la primera con la entrega del público que se desgarraba desde su lugar mientras reclamaba a esos tiempos, no importa si eran mejores o peores, sino que jamás volverán y la segunda por la dedicación especial que la banda hizo al joven que muriera en su intento de llegar al otro lado de la frontera.

“Mil horas” de Andrés Calamaro, “Por el resto”, “Guitarras Blancas”, “No me verás & Metro Balderas”, “Amores lejanos” con la participación del cantautor argentino Coti y “Tu carcel” de Marco Antonio Solis terminaron por prender al público

 “Lamento Boliviano” merece mención aparte gracias al apoyo del público que dejó la letra harto coreada.

En el cierre tuvimos la gran fortuna de escuchar el tema “Tus Viejas Cartas” que en pocas palabras nunca la había disfrutado tanto como ayer; le siguieron “Mi primer día sin ti” y  “Tequila” provocaron a más de 1 el recordar viejos amores. “mejor no hablemos del amor” nos hizo retomar el enfoque y reconocer el trabajo de Juan Pablo quien tuvo una destacada participación, lo mismo para el baterista Jota Morelli que se lució de principio a fin, Felipe Staiti fundador y creador de un sonido único que sigue estando vigente y por último el reconocimiento al líder, vocalista y bajista de la banda Marciano Cantero, que se despidió de sus fans con el tradicional tema “El extraño del pelo largo”

Muy, muy Chingón.

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